domingo, 20 de enero de 2013

Mi nacimiento



Mi nacimiento, sería un simple caso común al de todas las personas, que no merecería ser contado; salvo por el hecho que sucedió dentro de un automóvil que se quedó atascado en el eterno tráfico caraqueño, exactamente en la plaza Venezuela.

Aún en la caprichosa Sultana del Ávila, se supone que un domingo, temprano en la mañana, no debiera haber tráfico, pero el destino no quería que la cosas fluyeran ese día fácilmente, tal vez en parte porque mis padres se lo tomaron con mucha calma, no previendo que la prisa es mí signo o impronta vital.

Mi buen padre, quien nunca fue fumador, extrañamente se antojó de comprar cigarrillos en medio de los acontecimientos, supongo que por los nervios; mi querida abuela materna o “Gran mamá” lo seguía atrás repitiendo su nombre, una y otra vez como una letanía. Al final ambos se tranquilizaron fumándose unos cigarrillos en algún kiosco cercano y viendo el evento a prudente distancia.

Sólo quedamos en el inutilizado automóvil, mi madre y quien escribe, aferrándonos solo por elemental precaución cada uno a sus respectivas vidas, mientras esperábamos el auxilio de una ambulancia que partió del Centro Médico de Caracas. Una vez llegado el médico y la enfermera, todo fue fácil y sin complicaciones, cortaron el cordón umbilical, último vínculo corporal que unía a madre e hijo y nos trasladaron en forma segura a dicho centro asistencial.

El que nunca se repuso del incidente, fue el desafortunado vehículo, porque se le daño su fina tapicería y tuvieron que venderlo. En cuanto mis primeras palabras, fueron para el siguiente flamante automóvil familiar, al cual llamaba cariñosamente mamá y a mi buen padre chófer, sin duda esta transitoria confusión se debió a mi errada primera impresión sobre el mundo que me rodeaba al nacer.

Mi querida madre biológica, que no automotor, sostenía por años que tenía derecho a una doble nacionalidad, es decir, que repitieran en mi cédula de identidad y pasaporte, dos veces la palabra venezolano. Lástima que las autoridades encargadas de identificación, nunca compartieron tan exótico criterio nacionalista.

martes, 1 de enero de 2013

Procrastinación Crónica




Este primero de enero, pensaba escribir alguna tontería sobre sobre la procrastinación crónica que agobia mí existencia,  pero ya me distraje y lo pospondré para otro momento.