Mi nacimiento, sería un simple caso común al de todas las personas, que no merecería ser contado; salvo por el hecho que sucedió dentro de un automóvil que se quedó atascado en el eterno tráfico caraqueño, exactamente en la plaza Venezuela.
Aún en la caprichosa Sultana del
Ávila, se supone que un domingo, temprano en la mañana, no debiera haber tráfico,
pero el destino no quería que la cosas fluyeran ese día fácilmente, tal vez en
parte porque mis padres se lo tomaron con mucha calma, no previendo que la
prisa es mí signo o impronta vital.
Mi buen padre, quien nunca fue
fumador, extrañamente se antojó de comprar cigarrillos en medio de los
acontecimientos, supongo que por los nervios; mi querida abuela materna o “Gran
mamá” lo seguía atrás repitiendo su nombre, una y otra vez como una letanía. Al
final ambos se tranquilizaron fumándose unos cigarrillos en algún kiosco
cercano y viendo el evento a prudente distancia.
Sólo quedamos en el inutilizado
automóvil, mi madre y quien escribe, aferrándonos solo por elemental precaución
cada uno a sus respectivas vidas, mientras esperábamos el auxilio de una
ambulancia que partió del Centro Médico de Caracas. Una vez llegado el médico y
la enfermera, todo fue fácil y sin complicaciones, cortaron el cordón
umbilical, último vínculo corporal que unía a madre e hijo y nos trasladaron en
forma segura a dicho centro asistencial.
El que nunca se repuso del
incidente, fue el desafortunado vehículo, porque se le daño su fina tapicería y
tuvieron que venderlo. En cuanto mis primeras palabras, fueron para el
siguiente flamante automóvil familiar, al cual llamaba cariñosamente mamá y a
mi buen padre chófer, sin duda esta transitoria confusión se debió a mi errada primera impresión sobre el mundo que me rodeaba al nacer.
Mi querida madre biológica, que
no automotor, sostenía por años que tenía derecho a una doble nacionalidad, es
decir, que repitieran en mi cédula de identidad y pasaporte, dos veces la
palabra venezolano. Lástima que las autoridades encargadas de identificación,
nunca compartieron tan exótico criterio nacionalista.